Mientras que ella y yo anudados,
nos prometimos el mar.
Y si el destino quisiera
hacer con los dos un lazo,
me agarraré a su cintura
y haré un nudo con mis brazos.
La vida son cuatro días
y yo por el tercero voy.
Y ese día que me queda
lo soñé para los dos.
Pero si por una de estas
ella no vuelve a pasar,
recordaré que en San Pedro
nos prometimos el mar...
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