lunes, 8 de noviembre de 2010

Llueve...

...oración impersonal.

Nos encanta impersonalizar, no echar las culpas a nadie, que nadie sea responsable cuando algo sale mal. Pero nos encanta personalizar cuando todo va bien. Egoismo puro y duro. Cobardía.
Quiero ganar, y para eso, cuando pierdo, busco culpables, y si soy yo, ya se por donde empezar.