Eso es lo bueno, que no lo sabemos. Sabemos que cambiará (todo), pero no sabemos en qué forma, ni en qué dirección, o con qué consecuencias.
Lo único que sabemos es que lo que tenemos hoy, no lo vamos a tener igual mañana. Lo que hacemos hoy, no lo haremos mañana de la misma manera. Y lo que hoy pensamos, mañana lo veremos desde un punto de vista diferente, más o menos, pero diferente.
¿Nos conformamos con asistir a este proceso? No. Tratamos de evitarlo. Gastamos muchísima energía en mantener lo que tenemos, pero el destino nos gana. Y lo que tenemos hoy...¿cómo será mañana?
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