domingo, 12 de abril de 2009

¿Dónde fue a parar...

...el tren que nunca cogimos?


¿Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta?
Cuando nos lamentamos por cosas que hemos hecho siempre nos queda el consuelo de haberlo intentado. Pero cuando el lamento viene por no haberlo intentado parece que se nos queda clavada una espina: "¿qué hubiera pasado?"
Lo peor de todo es cuando el que algo suceda no depende de nosotros sino de terceras personas.
El tren pasó, no lo cogimos, ni la primera, ni la segunda, ni la tercera vez...algunos trenes vuelven a pasar, pero otros sólo pasan una vez en la vida. Yo ya he dejado pasar unos cuantos trenes, no me gustaría que tú perdieras éste...y me lo hicieras perder a mi.

No hay comentarios: